Abr 012012
 

Publicado originalmente en periódico madrid15m #2 en relación al evento Comete la Cultura:

La periodista Lidia Ucher el día 18 mandaba este tuit: «El #cómetelacultura de hoy ha sido uno de los primeros encuentros ESPECIALES de 2012, de esos que algo te cambian. Y porque estábamos TODOS!». Quizás la amistad, las compañías, el lugar… amplifique su percepción.

Para @AsambleaAustrias era un reto, un marco para conocer, debatir y reflexionar. Pretendíamos que el debate de lo procomún, la cultura libre, la colaborativa saliera de los centros culturales institucionales y se trasladara a los barrios, en este caso al nuestro.

Somos conscientes de que la cultura en todas sus dimensiones: social, económica, simbólica y ambiental están en continuo cambio, queríamos conocer y debatir sobre ello con ejemplos prácticos y realidades concretas, la mayoría silenciadas por los grandes medios de comunicación.

Primeras palabras para contar los objetivos del encuentro y exposición de vídeos explicativos del tema central: el procomún. Tras ello
intervenciones de la escritora Silvia Nanclares, Bookcamping, Pablo Soto (programador 2P2) y Marta G. Franco, de Diagonal, en la sesión de mañana. Al mediodía experiencia práctica. Partiendo del arroz, que es de todos, Aladge contó su receta guineana; Loreto Mapaso, una veterana vecina, su manera de cocinarlo; al igual que @andybotante, el representante culinario de la asamblea.

Tras ello se pusieron a elaborar un arroz común bautizado como “Arroz de los Austrias” que consiguió unanimidad de aplausos y el reconocimiento como primer arroz de la historia con licencia Creative Commons.

En la sesión de tarde, Agora Radio, Colectivo Zuloark, Campo de Cebada, Mapi (gestora cultural), Sundayers (grupo musical que
edita con licencias abiertas), Stéphane M. Grueso (director de cine), Traficantes de Sueños, Patricia Horrillo (15M CC), Hactivistas, y Bernardo Gutiérrez, que desde Brasil contó experiencias en Latinoamérica. Un trueque real y otro digital, con más de quinientas ediciones libres a disposición de todo el mundo, completaron la jornada.

Intervenciones de diez minutos para dar paso a preguntas y reflexiones de los asistentes. Hubo de todo, desde defensores del copyright tradicional hasta apasionados abogados de licencias libres con fines lucrativos.

Un encuentro muy positivo y una demanda casi unánime de hacer otro con más tiempo y visibilidad en la calle.

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