Nov 272016
 

Publicado originalmente en: https://detenidas17a.wordpress.com/2016/09/15/comunicado-detenidxs-17a/

El martes pasado, después de cinco largos años, finalizó el juicio de los detenidos durante la manifestación laica “De mis impuestos, al Papa 0”, convocada por más de 150 organizaciones laicas y cristianas.

La manifestación se desarrolló en un ambiente festivo y alegre hasta el encuentro con una contramanifestación de participantes de las JMJ en la Puerta del Sol. Lejos de velar por el desarrollo de la manifestación autorizada, los antidisturbios procedieron a desocupar la plaza de manera caótica y violenta.

Fue entonces cuando ocho personas fuimos detenidas de manera aleatoria e injustificada en distintos puntos de la plaza y gravemente golpeadas en el momento mismo de la detención. Negándonos atención médica alguna, se nos trasladó a la comisaría de Moratalaz donde, de nuevo, algunas fuimos agredidas por la policía. Durante aproximadamente cinco horas estuvimos esposados y obligados a permanecer con la cara contra el suelo. En las escasas ocasiones en las que se nos permitió ir al baño, tuvimos que hacerlo esposados mientras un agente nos bajaba los pantalones. Dos de las ocho personas, por el mero hecho de tener distinta nacionalidad, fueron amenazadas de expulsión de manera reiterada. Uno a uno, fuimos introducidos en una sala adornada con simbología nazi y en la que tres encapuchados nos leyeron nuestros derechos.

Transcurridas las primeras cinco horas, nos hicieron bajar agachadas hasta casi tocar el suelo con la cara hasta los calabozos. Una vez allí, nos desnudaron, nos obligaron a hacer sentadillas y nos encerraron en celdas separadas. Durante dos noches, se nos mantuvo sin agua, hidratados tan sólo por un zumo diario, con escasas visitas al baño y completamente ignorantes de la hora que era.
El segundo día fuimos interrogados de nuevo por un encapuchado sin saber cuántas horas más permaneceríamos encerradas.

Finalmente, más de cuarenta horas después de ser detenidas y tras declarar ante una jueza en Plaza de Castilla, fuimos puestas en libertad con los cargos de atentado y lesiones de manera organizada, con unas armas que jamás aparecieron y por lo que se nos pedía entre un año y medio y seis años y medio de prisión y 3260 € en multas e indemnizaciones. Además, se nos impuso la obligación de acudir a firmar al juzgado cada dos semanas.

En enero pasado, después de cuatro años y medio con la amenaza de la prisión pendiente sobre nuestras cabezas y la causa de Belén sobreseída, se nos convocó finalmente a juicio.
En la espera del mismo, el fiscal propuso a nuestros abogados un acuerdo por el cual se nos ofrecía una rebaja en la pena si todos nos reconocíamos como culpables de unos hechos de los que éramos completamente inocentes. Tras una tensa negociación, conseguimos separar los acuerdos para que quien quisiera pudiera defenderse ante un juez sin arrastrar a otros a una posible condena de cárcel y el juicio se aplazó ocho meses más.

El pasado 13 de septiembre tuvimos que volver al juzgado, donde nos encontramos con que el fiscal era otro y el acuerdo alcanzado en enero papel mojado. La negociación empezaba de nuevo, pero otra vez con la premisa de que todos debían admitir la culpa si queríamos evitar que alguno se arriesgara a entrar en prisión. Quienes quisieran confrontar con pruebas el testimonio de la policía debían asumir que podían arrastrar a prisión a otros compañeros amenazados con penas mayores. Todos debían aceptar la culpa, esto también incluía a Flavia, a la que pedían año y medio de cárcel y no corría riesgo de entrar en prisión. O, en caso contrario, el juez aplicaría la pena mínima para el resto: tres años de prisión; una petición que, respaldada por el testimonio de quince policías, era una condena definitiva. Acorraladas, amenazadas y chantajeadas, tuvimos que reconocer unos hechos que nunca cometimos.

Desde aquí queremos denunciar alto y claro la tortura a la que fuimos sometidas en la comisaría de Moratalaz, así como las amenazas de la fiscalía para hacer imposible toda defensa. El objetivo, evidentemente político, de estos hechos es el de disciplinarnos y someternos.
Pero las que luchamos por la dignidad y la libertad resistimos y seguimos rebrotando en cada primavera. No nos callarán. Ante su injusticia, nuestra solidaridad. Si nos tocan a una, nos encontrarán a todas.

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Ene 202016
 

Hoy, 19 de enero de 2016, se celebraba el juicio de las detenidas del la manifestación laica del 17A. Hemos llegado hasta los juzgados de Julián Camarillo recogiendo a compañeras, amigas y activistas por el camino, desde la plaza de Cascorro hasta la misma puerta de los juzgados. Rodeadas de cariño, cuidados y apoyo, todo el que una persona necesita en esos momentos.

Podía la emoción y las ganas de seguir hasta el final.

La mañana ha sido larga. No se han presentado todas las acusadas al juicio. Sólo Flavia, Pako y Francisco Javier. Nos juzgaban en grupo y el juicio se ha suspendido. A Flavia le pedían 1 año y 4 meses de cárcel, a Pako 4 años y a Francisco Javier 3 años y medio.

Pero lo duro, difícil y perverso llegó cuando nos ofrecieron una rebaja de la pena a cambio de admitir la culpa. Quedaría: Flavia con una rebaja de 4 meses de cárcel y Pako y Francisco Javier de 10 meses más 100 euros de multa. Al ser un juicio conjunto la decisión debía ser conjunta.

Después de mucha tensión y nervios, hemos conseguido separar las causas para que cada una pueda decidir, de manera independiente y sin condicionamientos, conciliar o seguir hacia adelante.

Por nuestra parte decir que apoyamos cualquier proceso y decisión que tome alguna de las detenidas que esté en riesgo de entrar prisión si decidiera conciliar.

El juicio se aplaza al 13 y 15 de septiembre.

Gracias a todas las personas que han estado aguantando la tensión y la presión de esos momentos por el respeto, los abrazos, la complicidad, el agua y el “tranquilas”. A la Asamblea de Austrias, imprescindibles, a la Asamblea de Letras, a las compas de Pah Centro, a Vivienda Latina, al Huerto de la Cornisa, al Campo de Cebada, a las amigas, a la familia. A las gente que no ha podido estar físicamente pero que no nos han dejado solas ni un instante, a las que están lejos por estar tan cerca, a las amigas de Chile y las de México. Nos llevamos a las amigas de Pako, de momento hemos ganado. Somos manada.

Fuimos 8 detenidas pero muchas las personas agredidas, “retenidas” y que sufrieron la violencia policial en primera persona. Por ellas también esto.

Por las que sufren represión y sus garras. No olvidamos!

SI NOS TOCAN A UNA NOS TOCAN A TODAS
#Detenidas17ASinMiedo

Flavia y Belén

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Oct 232011
 

 

Dibujos

Me aseguras que haces todo lo que un hombre puede hacer por otro. Que desde tu rostro puedo ver el mundo y que de esta tierra nacen las mejores perlas. Que no habrá mar que trague mi carne viva y que las sombras de mi lengua encontrarán las dulces ortigas que necesitan.

Me garantizas el azote de tus manos obscenas, toda la fuerza en mis dientes  y el olor de mi piel antes de muerta.

Prometes asfixiar todos los silencios que rompen tu oído y atinar con el primer dardo en el blanco. Prometes irradiar pólvora de tu boca y desaparecer entre palabras desiertas.

Tú, con la cara tapada me condenas a este macabro sosiego. Aprietas el puño y arrancas todas las preguntas que mi voz reclama. A las diez y media me pones las esposas y agarras mi cuello hasta rozar con mi boca el suelo, dos escalones detrás de ti.

Examinas mi olor, mi ropa, mi pelo, mis piernas. Me agacho, me levanto. Una habitación, luego otra, una puerta, una reja. Me nombras, me señalas, me adviertes. Te miro, te pregunto ¿por qué estoy aquí?

Bajo tu cielo implacable desfallece el decorado, el derruido paisaje sigue vivo.

Aún hoy el castigo armado, la mirada acusadora. Bajo mis pies, la ira de tus brazos y las uñas. Aún hoy el pulso firme, el latido contenido y los placeres prohibidos en tu triste escenario de payasos.

Ni un solo gusano de los que te acompaña dejará de oir el ruido de mis pasos. Ni uno solo.

Ni un solo buitre levantará el vuelo sobre mi espalda. Ni uno solo.

No me verás encogida,

ni tapada.

No verás mi despojo,

ni mi encierro.

No verás mis restos.

No lo verás.

 Dibujos: Flavia, y Texto: Belén

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