Oct 142014
 

Este articulo fue publicado originalmente en el número 29 del periódico madrid15m

Tras la retirada de la reforma del aborto regresamos al punto de partida que fue la lanzadera de todo este follón: La posibilidad de que mujeres de 16 y 17 años aborten sin informar a sus tutores.

El gobierno volverá a plantear este punto como una reforma necesaria y menor, un pequeño matiz de sentido común. Al fin y al cabo comparado con el ya malogrado proyecto de ley parece “poca cosa”. Sin embargo nada podría ser más falso. La cuestión de fondo sigue siendo la misma: impedir que el aborto alcance su verdadero estatus como derecho fundamental. Pues sólo desde esta posición se pueden acometer todos los demás ataques.

Obligar a tener el consentimiento paterno para abortar sólo tiene sentido en esta línea. ¿Qué tipo de derecho lo es dependiendo de lo que diga papá? Uno de segunda. El gobierno es consciente de que no puede avanzar sin afianzar esta posición, y por ese motivo vuelve a ella. Esto se puede ver claramente en los comentarios vulgares que espetan sarcásticamente “¡Las menores pueden abortar sin consentimiento pero para ir de excursión necesitan una autorización!”. La persona que dice esto, aún creyéndose ingeniosa, delata torpemente cual es la batalla a ganar: rebajar el derecho a decidir sobre tu propio cuerpo a la altura de ir a una excursión. Tras esto todo lo demás irá cayendo como fichas de dominó.

No en vano el gobierno, y cualquiera que se informe mínimamente, sabe que la imagen que nos intenta vender (menores abortando “a escondidas”) es abrumadoramente minoritaria, tanto que debemos descartar que su objetivo real sea un número tan ridículo como las 151 mujeres de 16 y 17 años que abortaron en 2011 sin informar a sus tutores*.

Y en este punto debemos aclarar de una vez por todas: No hay barra libre con la ley de plazos vigente. Las menores se ven ya obligadas a informar a sus tutores salvo cuando se «alegue fundadamente que esto le provocará un conflicto grave, manifestado en el peligro cierto de violencia intrafamiliar amenazas, coacciones, malos tratos, o se produzca una situación de desarraigo o desamparo». Lejos de ser el «coladero» que intencionadamente nos presentan, la ley actual es una clara restricción de la Ley 41/2002 reguladora de la autonomía del paciente, donde se da plena independencia a las pacientes con 16 años cumplidos. Es decir, el aborto es la excepción respecto a las intervenciones sanitarias, sí, pero justo en sentido contrario al que dice el gobierno.

El proyecto recientemente retirado no ha de ser entendido como la apuesta personal de Gallardón ni como un intento fallido del sector más reaccionario del PP, si no como lo que es: parte de una estrategia que continúa con la restricción del derecho de las menores.

Por otra parte, la ley reconoce que la decisión es exclusiva de la mujer embarazada, así que si no queremos dejar esto en una bonita, pero vacía, declaración de intenciones, debe ser ella quien decida a quién contárselo en el momento que quiera y no por una obligación legislativa. Los padres que estén preocupados porque sus hijas aborten sin decirles nada no necesitan una ley, lo que tienen que hacer es generar un ambiente afectivo-sexual basado en el respeto y la confianza, no en el silencio y el cuestionamiento de su sexualidad.

Así, el párrafo sobre el consentimiento paterno no es una minucia, es el pilar que si se derriba dejará nuestro derecho cojo. Los recientes acontecimientos no deben eclipsar las tareas que aún están por hacer. Se sigue sin reconocer completamente el derecho inalienable de la mujer a decidir, el aborto continúa en el código penal, algunas comunidades autónomas dificultan el ejercicio del derecho mediante trabas burocráticas, en la sociedad impera el tabú y el silencio…

Ésta es la razón por la que queremos acabar este artículo igual que lo hicimos el mes pasado, pues nuestro alegato es tan válido o más que antes:

Si piensas que es la mujer quien tiene que decidir sobre su maternidad, habla con tu madre, tu padre, tu hermano, tu prima, tus amigos, en el bar, con la señora del bus, en la cola de la pescadería, cuando recojas a los niños del colegio, en la universidad, en el trabajo… Aunque parezca increíble ésta es una manera efectiva de defender el derecho a decidir dándole la importancia que tiene, y lo mejor de todo es que no tienes excusa para no hacerlo.

http://www.acaive.com/pdf/mujeres-16-y-17-anos-interrupcion-de-su-embarazo-investigacion-17-11-11.pdf

GT Aborto de AP Austrias-Letras

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